Configurar un Sistema de Infraestructura de Calidad es esencial para los países en vías de desarrollo y transición. ¿En qué consiste?
María Altamirano desde Perú nos acompaña en esta entrevista para compartir con nosotros algunas reflexiones.
Coméntanos un poco sobre tu trayectoria profesional y cómo ésta se relaciona con la infraestructura de la calidad…
Antes de iniciar, quiero agradecerte por la oportunidad de compartir con los lectores del Blog Qualyteam, a través de esta entrevista. Un saludo para todos ellos.
De alguna u otra forma, mi carrera profesional ha estado vinculada con los componentes de la infraestructura de la calidad. Los primeros años como Ingeniera Química, trabajé en laboratorios realizando análisis instrumentales, calibrando equipos de medición, participando en la implementación de sistemas de gestión para acreditar métodos de ensayo y para la certificación ISO 9001. Posteriormente, después de terminar un Máster en Calidad Total fuera de mi país y de haber tenido la oportunidad de trabajar como Becaria apoyando la implementación de sistemas de gestión, regreso a Perú, me integro al Comité Técnico de Normalización de Gestión y Aseguramiento de la Calidad, e inicio mi trabajo como auditora en un organismo certificador. Han pasado casi 16 años y aún sigo realizando estas actividades a la par de las consultorías y auditorías internas, como profesional independiente, así como la realización de eventos de capacitación en sistemas de gestión, a través de Íconos Academy, empresa de la que soy Co Fundadora. Esta carrera me ha permitido tener contacto con diferentes partes interesadas de la infraestructura de la calidad y reconocer su crecimiento en los últimos años.
En tu opinión, ¿qué tan importante es la infraestructura de la calidad para un país?
Podría definir a la infraestructura de la calidad como un sistema, conformado por organizaciones públicas y privadas, respaldada por un marco legal y con prácticas definidas para apoyar la calidad de productos y servicios; por ejemplo, a través de los controles durante la producción, con personal calificado, realizando ensayos confiables, utilizando equipos de medición calibrados, empleando normas técnicas, generando así mayor competitividad y por tanto mayores posibilidades de mercados a nivel nacional e internacional. Normalización, acreditación y metrología son pilares que conforman la Infraestructura de Calidad necesaria para dar respuesta a los requerimientos de las empresas y consumidores en cuanto a la garantía de la calidad y seguridad de los productos y servicios ofrecidos en el mercado. Por ello, la importancia de la infraestructura de la calidad es evidente, tomando en cuenta que su aplicación responde a diversos sectores como salud, protección al consumidor, medio ambiente, constituyéndose un elemento de apoyo para la implementación de normativas y políticas en el país.
En el Perú, la infraestructura de la calidad es gestionada por el Instituto Nacional de Calidad INACAL, organismo que norma, regula y administra las materias de metrología, normalización y acreditación, siguiendo estándares internacionales. La Dirección de Metrología custodia los patrones nacionales de medida, emite certificaciones metrológicas y difunde el sistema legal de unidades de medida del Perú. Por su parte la Dirección de Normalización, desarrolla y aprueba Normas Técnicas Peruanas, promoviendo así la protección de los consumidores. Finalmente, la Dirección de Acreditación otorga este reconocimiento a organismos de evaluación de la conformidad, tales como por ejemplo, laboratorios, organismos de certificación de productos y organismos de inspección.
Desde tu punto de vista, ¿cómo se encuentra Perú en el campo de la normalización?
A la fecha, se cuentan con más de 5000 Normas Técnicas Peruanas y alrededor de 24 normas metrológicas, estas últimas de carácter obligatorio, ya que reglamentan instrumentos de medición que están sometidos a control metrológico.
Si bien hay un importante avance en elaboración de normas técnicas, considero que todavía falta seguir trabajando mucho más en la difusión y promoción de las mismas para que sean utilizadas por nuestras empresas, especialmente las pequeñas y medianas del sector manufacturero. Por otro lado, respecto a la normas técnicas relacionadas con sistemas de gestión, con las que tengo mayor cercanía, creo que los profesionales que nos dedicamos a las consultorías, auditorías y capacitaciones en este rubro, sí las difundimos y trabajamos con ellas como principales herramientas. No solo me refiero a las normas de requisitos, sino a otras relacionadas, muchas de ellas adoptadas de normas internacionales, tales como ISO/TS 9002, ISO 9004, ISO 10002, ISO 31000, ISO 14004, entre otras; pero también a normas propias, siendo una de ellas la NTP 933.961: “Gestión Integral de la MIPYME. Modelo de Gestión para la Micro, Pequeña y Mediana Empresa”
¿Cómo ha sido tu experiencia en el rol de auditora de sistemas de gestión?
Gratificante y de mucho aprendizaje. A través de estos años, he tenido la oportunidad de auditar muchas organizaciones, incluso fuera de mi país, y ello me ha permitido conocer diferentes contextos, rubros, culturas organizacionales, formas de trabajo, que han ido aportando a mi experiencia profesional. He visto “crecer” a varias organizaciones quienes hicieron de su sistema de gestión, una herramienta para el desarrollo de sus ventajas competitivas. Aunque también debo reconocer que por el contrario, ha habido empresas que vieron su certificación sólo y exclusivamente como un apoyo comercial, sin darle el real valor para su organización.
Por otro lado, esta profesión requiere que constantemente sigas actualizando conocimientos y reforzando competencias. Es más, las mismas normas técnicas periódicamente se van actualizando y en consecuencia, los auditores tenemos que ir a la par con estos conocimientos y pasar evaluaciones periódicas, ya sea por los organismos de certificación que requieren tus servicios o por las instituciones con los cuales mantienes algún tipo de registro profesional; por ejemplo con el registro internacional de auditores certificados IRCA, como lo es en mi caso.
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Usualmente escuchamos hablar de acreditación y certificación como si fueran sinónimos, ¿podrías darnos un ejemplo que ilustre la diferencia entre ambos términos?
Digamos que una empresa ha implementado su sistema de gestión de la calidad en base a la norma ISO 9001:2015 y ahora desea certificarla. Se inicia el proceso y finalmente el equipo auditor del organismo certificador concluye la recomendación, o no, de la certificación. Pero, ¿quién podría decir que el trabajo realizado por el organismo certificador, incluyendo la del equipo auditor, ha sido la correcta?, ¿tienen la competencia para realizar este trabajo? Es allí donde ingresan los organismos de acreditación, quienes vigilan que quienes realizaron la auditoría y la certificación de sistemas de gestión, cumplan ciertos requerimientos incluyendo normas técnicas. Para el caso de la empresa, se trata de su certificación; mientras que para el caso del certificador, se trata de su acreditación.
Ahora bien, los organismos de certificación no son los únicos que pueden acreditarse, existen otros tipos de organismos de evaluación de la conformidad, como por ejemplo los laboratorios clínicos.
Digamos entonces que la certificación es la emisión de una declaración, emitida por una tercera parte, por la cual un producto, proceso, persona o sistema de gestión cumple con requisitos especificados; en cambio la acreditación es la emisión de una declaración emitida por una autoridad técnica que reconoce formalmente, que un organismo de evaluación de la conformidad es competente para llevar a cabo actividades específicas.
¿Qué ventajas crees que aporta a una organización estar acreditada?
Considero que hay 2 ventajas principales, las que puedo resumir en los siguientes términos: confianza y reconocimiento. Cuando una organización es acreditada, por ejemplo a través de sus métodos de ensayo, sus clientes, consumidores, el mercado en general, confían en la capacidad técnica de esta organización, al menos para el alcance de su acreditación. Son conscientes que para recibir este reconocimiento, han tenido que ser evaluados y que seguirán siendo evaluados bajo criterios muy rigurosos y por organismos totalmente independientes. Por ejemplo, imagina a un médico solicitando a su paciente se realice unos análisis clínicos, ¿a qué laboratorio elegiría el paciente, a uno que haya acreditado sus análisis o a otro que no tenga este reconocimiento? Lo más seguro es que al primero.
¿Qué recomendación harías a los profesionales involucrados con temas de calidad?
Animarlos a seguir invirtiendo en su propia educación y a seguir promoviendo la cultura de la calidad. Vivimos en un mundo globalizado, los clientes cada vez exigen estándares más altos; en razón a ello, necesitamos contar con profesionales más competentes para seguir fomentando la calidad en las empresas a través de una gestión responsable, ética y sostenible en el tiempo, que aporte a la mejora de su desempeño, y en consecuencia, a la competitividad de nuestros países.