7 actitudes de liderazgo imprescindibles para la gestión de la calidad

La gestión de la calidad es una forma de gestión que se preocupa en maximizar la calidad del producto o servicio, la satisfacción del cliente y, consecuentemente, la posición de la empresa en el mercado. Para promover una buena gestión de la calidad, es necesario que el líder tenga una postura activa y participativa.

En general, el liderazgo es fundamental para mover una empresa. El líder no es sólo quien manda y da órdenes, sino que quien motiva y trabaja en conjunto, para que todos crezcan. En este post, vamos a mostrar algunas buenas actitudes que el gestor puede tener para gestionar la calidad en la empresa. ¿Le interesó? Compruebe!

Dialogar y comunicarse

La comunicación es fundamental para obtener buenos resultados en la organización. El liderazgo debe motivar el diálogo, estimulando las reuniones colectivas y conversaciones sobre el trabajo. Esto colabora para que haya una evaluación más completa de las cuestiones y para qué decisiones más conscientes sean tomadas.

Dar feedbacks

La retroalimentación es la forma en que el empleado tiene que saber si está teniendo éxito y en qué necesita mejorar. Es un procedimiento fundamental para la gestión de la calidad. Si la tarea fue muy bien realizada, un retorno positivo motivará al empleado a actuar de forma similar en otras demandas. Ya cuando el desempeño no fue tan bueno, es necesario conversar con el colaborador para que él tenga conciencia del problema y trabaje para perfeccionarse.

Divulgar la información importante de la empresa

Los empleados tienen el derecho de estar informados sobre lo que ocurre en la corporación. Saber metas, estrategias, cambios, resultados positivos y negativos es importante para que el colaborador sea consciente. De esta forma, él puede medir mejor sus acciones y auxiliar en los procesos de la empresa, siendo más eficiente y comprometido.

Sin conocimiento de lo que ocurre en la organización, el funcionario queda alienado y actúa sólo por obediencia, de manera mecánica, sin creatividad o proactividad.

Solicitar la participación de todos en el proceso decisorio

Envolver todo el equipo en el proceso decisorio es una gran forma de inspirar compromiso y colaboración. Es también una buena oportunidad para escuchar las ideas de una perspectiva diferenciada, la del subordinado, que a menudo es quien tiene contacto más directo con los clientes.

Buscar que todos participen en las decisiones mostrará a los funcionarios cuán validados, además de haber compartido una responsabilidad, lo que son puntos positivos para la gestión de la calidad.

Valorar a cada miembro del equipo

Tener consideración con cada funcionario por lo que es, con sus particularidades, es fundamental para promover motivación y autoestima. El colaborador, cuando siente que es aceptado en su individualidad y que tiene algo que ofrecer, pasa a trabajar mejor, con más calidad e implicación.

Formar nuevos líderes

Un buen dirigente es capaz de preparar a otros miembros de la corporación para el liderazgo. Reconocer, en el equipo, aquellos que tienen potencial para ser gestores y darles herramientas para ejercer esa función, es muy importante. El temor de perder el lugar de líder obstaculiza los negocios y dificulta la elección de un sucesor.

Es importante hacer inversiones para que nuevos líderes se desarrollen y continúen con una gestión de calidad.

Analizar el desempeño de la empresa para la gestión de la calidad

Una buena gestión de la calidad depende mucho de la capacidad de evaluar constantemente el rendimiento de la empresa en el mercado. Es necesario pensar cómo están las finanzas, las relaciones con los clientes y proveedores, la postura del equipo y el clima organizacional. La evaluación debe ser integrada, además de considerar los objetivos que la empresa tiene.

El análisis de los resultados es el primer paso para construir estrategias de mejora de los procesos que no están teniendo buenos resultados.

La gestión de la calidad es un conjunto de acciones dentro de la empresa para optimizar la calidad de la producción y los servicios. El liderazgo es fundamental para alcanzar estos objetivos. Con una postura de estimular la participación de los colaboradores y valorar cada uno de ellos, dar feedbacks y promover el diálogo del equipo, el líder tendrá más efectividad y los negocios serán más eficaces y rentables.

¿Quisiera saber un poco más sobre el liderazgo y la gestión de la calidad? ¿Tienes alguna duda o sugerencia? ¡Entonces deje su comentario!

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3 comentarios sobre “7 actitudes de liderazgo imprescindibles para la gestión de la calidad

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